Mi entrada en fundación Betesda, fue sobre septiembre de 1999 como voluntaria y en diciembre del mismo año me contrataron como cuidadora de fin de semana, escribiendo estas líneas y viendo la fecha me parece que soy una de las abuelitas de la Fundación, recién cumplidos los diez años en ella, y habiendo pasado tantas cosas, solo tengo una palabra para definir estos años y es que se ha convertido esta pequeña fundación que cada vez crece más en mi familia, donde yo he ido creciendo interiormente y profesionalme en ella, donde he encontrado grandes compañeros y amigos, donde no tengo palabras para definir lo grandes que son y lo importantes que son en mi vida los usuarios.
El tema de este escrito era contar nuestra experiencia de cuando entramos en la Fundación, pero creo que eran otros tiempos donde todo funcionaba diferente ya que éramos muy poquitos, solo tengo la sensación que desde el principio sentí a la Fundación como parte mía y creo que es lo que me empuja a seguir teniendo ilusión de pertenecer a esta familia y seguir creciendo como persona y profesional en ella.
No voy a decir que todo este camino ha sido de rosas, pues mentiría, como en todas las familias se viven momentos de crisis y de desánimo, pero todas pasan y te hacen aprender, yo hace años aposte por Fundación Betesda y parece que de momento vamos ganando, poquito a poquito vamos creciendo y lo importante que crecemos con calidad, una palabra que esta muy de moda, pero que es cierta, ya que sin calidad mejor no crecer.
Animo a todo el mundo que pertenece o en un futuro pertenecerá a Fundación Betesda a que apueste por ella, por que, lo más valioso que tiene, son las personas que pertenecen a ella.
Nuria López San José
martes, 10 de noviembre de 2009
viernes, 6 de noviembre de 2009
ESTA ES MI FAMILIA
Me llamo Delia, soy una usuaria de Betesda debo de llevar nueve años o diez años, no lo se realmente, pero solo digo que cuando entre en Fundación Betesda, éramos pocos, me costo poco hacerme compañera de todos, unos días bien y otros regular, hasta que pasaron los días y la verdad que se portaron con migo muy bien, aprendí lo que era escuchar y saber dar, escuchar a tus compis como y cuando te necesitan.
Me enseñaron a trabajar y a luchar en la vida, rutinaria de cada día, me costo entender muchas cosas, pero lo conseguí. Gracias a mis monitoras, pues para mi son lo más grande y hermoso, cuando tenían que decirme algo me lo explicaban cuantas veces hiciera falta.
Con ellos aprendí a cocinar a tener trabajo fijo y cada día aprender más, tengo que dar las gracias a todas, pues sin ellas yo a lo mejor no estaría como ahora, feliz con gente buena y sencilla. Bueno gracias a todas.
Esta es mi familia.
Delia Castaño García
Me enseñaron a trabajar y a luchar en la vida, rutinaria de cada día, me costo entender muchas cosas, pero lo conseguí. Gracias a mis monitoras, pues para mi son lo más grande y hermoso, cuando tenían que decirme algo me lo explicaban cuantas veces hiciera falta.
Con ellos aprendí a cocinar a tener trabajo fijo y cada día aprender más, tengo que dar las gracias a todas, pues sin ellas yo a lo mejor no estaría como ahora, feliz con gente buena y sencilla. Bueno gracias a todas.
Esta es mi familia.
Delia Castaño García
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