Hola a todos, solo comentaros que el 25 de octubre se cumplió once años, de la inauguración oficial de la residencia Belisana.
Un saludo
Nuria López
miércoles, 27 de octubre de 2010
martes, 19 de octubre de 2010
AVANCES EN LA CONSTRUCCIÓN
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El pasado 4 de Mayo de 2010, tuvo lugar el Acto de colocación, de la Primera Piedra para la construcción de dos edificios que Fundación Betesda, está acometiendo en la Gran Vía de Hortaleza c/v a la calle Florentino Gascón, en Madrid.
Sobre una parcela de 2.531, m2, cedida por el Ayuntamiento de Madrid, se van a levantar dos edificios; uno destinado a viviendas y otro polivalente, con una superficie total construida de 3.534,40 m2.
El acta de inicio de obras, se firmo el 18 de Mayo de 2010, efectuándose en las primeras semanas el Movimiento de tierras, procediendo al vaciado completo en los dos módulos.
Durante los meses de verano, las obras se han ido desarrollando con total normalidad.
A fecha 30.09.10, podemos decir que tanto el Módulo 1, (Edificio correspondiente a viviendas), como el Módulo 2, (Edificio Polivalente), se encuentran con las estructuras terminadas y muy avanzadas la puesta de ladrillos cara vista en sus fachadas.
Antes de que finalice Octubre, se habrán cubierto aguas, lo que asegura, que de cara a la estación invernal, ésta no afectará en el desarrollo de la construcción.
Podemos asegurar que la obra está en plazo, ejecutándose a un ritmo adecuado y bien organizada.
Si la misma continua en la línea programada, la finalización de la construcción está prevista para Mayo de 2011.
viernes, 1 de octubre de 2010
Mi pequeña historia en Betesda
- Entonces, ¿no te gusta Económicas?
- No, no es que no me guste económicas. De hecho, me gusta, pero lo que de verdad quiero es trabajar con discapacitados.
Y es que hay veces que decides B en contraposición a A. Otras, en las que eliges para escapar. Otras, por descubrir. Otras,… Y sin embargo, en algunas partes de tu vida, apareces en ese mágico momento en el que todo cobra sentido. Todo se ordena y lo único que te preguntas es cómo no te has dado cuenta antes de que ese, tu camino, lo tenías tan cerca.
Y lo coges. Y te agarras a él, casi con decisión enfermiza, porque sabes que es lo que quieres. Sin dudas. Solo certeza.
Y así, comenzó el germen de lo que es hoy una parte muy importante de mi vida. Es cierto que por el camino dejé una carrera para empezar otra – Pedagogía –, que perdí tiempo, o lo gané según se mire, por las noches de Madrid y que las casualidades que te ofrece esta vida de la que reniegas trescientas veces al día (y que, sin embargo, es un placer vivirla) te pone en contacto con una persona que conoce a otra que es amiga de uno que trabaja en Eldorado.
Así llamo a Betesda cuando intimo con la almohada y nunca voy a olvidar, jamás lo haré, esos primeros momentos en los que como buen amigo de lo escéptico, me decía a mi mismo: ¿cómo puedes tener tanta suerte?
Aquí, en Betesda he crecido. He vivido muy buenos momentos. Otros no tanto, y sin embargo todos me han dado algo. He tratado con compañeros maravillosos y con los que no hubo química, con esa mercromina que algunos llaman tiempo, algo he sacado, o al menos comprendido.
He tratado y sigo haciéndolo con familias con las que tienes una relación casi cómplice. Y con las que no hay sintonía, que cada uno somos de nuestro padre y de nuestra madre, hay respeto y orientación a la tarea.
Y de ellos, de los usuarios, he aprendido tantas cosas… y por encima de todo: que la persona está por encima de la discapacidad en todo caso.
Luis Goñi
- No, no es que no me guste económicas. De hecho, me gusta, pero lo que de verdad quiero es trabajar con discapacitados.
Y es que hay veces que decides B en contraposición a A. Otras, en las que eliges para escapar. Otras, por descubrir. Otras,… Y sin embargo, en algunas partes de tu vida, apareces en ese mágico momento en el que todo cobra sentido. Todo se ordena y lo único que te preguntas es cómo no te has dado cuenta antes de que ese, tu camino, lo tenías tan cerca.
Y lo coges. Y te agarras a él, casi con decisión enfermiza, porque sabes que es lo que quieres. Sin dudas. Solo certeza.
Y así, comenzó el germen de lo que es hoy una parte muy importante de mi vida. Es cierto que por el camino dejé una carrera para empezar otra – Pedagogía –, que perdí tiempo, o lo gané según se mire, por las noches de Madrid y que las casualidades que te ofrece esta vida de la que reniegas trescientas veces al día (y que, sin embargo, es un placer vivirla) te pone en contacto con una persona que conoce a otra que es amiga de uno que trabaja en Eldorado.
Así llamo a Betesda cuando intimo con la almohada y nunca voy a olvidar, jamás lo haré, esos primeros momentos en los que como buen amigo de lo escéptico, me decía a mi mismo: ¿cómo puedes tener tanta suerte?
Aquí, en Betesda he crecido. He vivido muy buenos momentos. Otros no tanto, y sin embargo todos me han dado algo. He tratado con compañeros maravillosos y con los que no hubo química, con esa mercromina que algunos llaman tiempo, algo he sacado, o al menos comprendido.
He tratado y sigo haciéndolo con familias con las que tienes una relación casi cómplice. Y con las que no hay sintonía, que cada uno somos de nuestro padre y de nuestra madre, hay respeto y orientación a la tarea.
Y de ellos, de los usuarios, he aprendido tantas cosas… y por encima de todo: que la persona está por encima de la discapacidad en todo caso.
Luis Goñi
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